Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://jimdbnw736669.slypage.com/39174186/el-gesto-inesperado-de-zidane-en-la-final